lunes, 17 de noviembre de 2008

Muerte de un Miliciano (Robert Capa)

“Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es que no te has acercado lo suficiente”. Esta popular frase es atribuida al fotógrafo Robert Capa, cuyo verdadero nombre era Ernö Andrei Friedmann. Nacido en Budapest, Hungría, el 22 de octubre de 1913, fue considerado el más famoso corresponsal gráfico de guerra del siglo XX.

En 1947 creó, junto con los fotógrafos Henri Cartier-Bresson, Rodger, Vandiver y David Seymour, la agencia Magnum Photos, donde Capa realizó un gran trabajo fotográfico, no solo en escenarios de guerra sino también en el mundo artístico.

En 1954, encontrándose en Japón visitando a unos amigos de antes de la guerra, fue llamado por la revista Life para reemplazar a otro fotógrafo en Vietnam, durante la Primera Guerra de Indochina. En la madrugada del 25 de mayo, mientras acompañaba a una expedición del ejército francés por una espesa zona boscosa, pisó una mina y murió, terminando así una azarosa vida profesional. Sólo tenía 40 años.
Al estallar la Guerra Civil española en julio de 1936, Capa se trasladó a España para cubrir los principales acontecimientos de la contienda. Implicado en la lucha antifascista y con la causa de la República, estuvo presente, desde ese lado, en los principales frentes de combate. Siempre en primera línea, es mundialmente famosa su fotografía Muerte de un Miliciano, tomada en Cerro Muriano, a unos 13 kilómetros de Córdoba, el 5 de septiembre de 1936. Hoy en día, cerca de Pozoblanco debe de haber una estatua metálica con la silueta del miliciano, que recuerda el lugar aproximado donde ocurrió. Aproximado pero no exacto, porque por lo visto allí hay ahora un campo de golf.


Todo el mundo ha visto alguna vez esta famosa foto, titulada originalmente Death of a Loyalist Soldier, aunque también se la conoce a veces simplemente como Falling Soldier. Se publicó inicialmente en la revista francesa Vu, el 23 de septiembre de 1936, y meses después volvió a ser reproducida por Life.

El protagonista de la fotografía era el miliciano anarcosindicalista Federico Borrell García, alias ‘Taino’, nacido en Alcoy 24 años atrás. Fue molinero y formó parte de la Columna Alcoyana que en los inicios de la guerra marchó al frente cordobés contra Franco y en defensa de la República de trabajadores.

La instantánea encierra una historia compleja y controvertida, ya que hay quien sostiene que se trata de un montaje. A mediados de la década de los 70 aparecieron las primeras líneas de investigación que así lo consideraban. De esta misma opinión son también algunos estudiosos de la obra de Capa que, citando archivos históricos de la Guerra Civil, aseguran que ‘Taino’ había muerto efectivamente ese 5 de septiembre de 1936, pero en un enfrentamiento por la tarde, tras la sesión fotográfica matinal.

La otra versión sostiene, por el contrario, que Capa captó el momento preciso en el que el miliciano falleció. Según estos últimos, aquélla fue una mañana tranquila en el frente de batalla. Capa aprovechó la ocasión para organizar una sesión de fotos con un grupo de soldados leales a la República, y tomó una secuencia de imágenes atravesando una trinchera. En ese momento, mientras Borrell avanzaba, se vieron envueltos por fuego real de ametralladoras, fruto de una ofensiva enemiga. Un ataque por sorpresa. La misma sorpresa que mantuvo ‘clavados’ los pies de Borrell, calzados con alpargatas, al terreno. No estaba preparado para atacar ni para defenderse. No esperaba la muerte.

Y es que, dada su postura, resulta evidente que no estaba listo para el combate. No parece estar corriendo en el momento de ser alcanzado, ni haber sostenido el rifle en posición de disparo o asalto.

Entre los muchos estudios realizados que corroboran esta teoría, uno de los más sorprendentes es el que se centra en la postura de la mano izquierda del miliciano abatido. Según explican, el gesto es imposible de simular, puesto que reproduce la posición exacta que los músculos adquirirían en una persona que cae herida de muerte.



¿Realidad o ficción? Las muchas dudas que durante tanto tiempo han perseguido a esta famosa foto parecen disiparse en Londres, donde una exposición sugiere estos días que no hubo ni trampa ni cartón.

Titulada ¡Esto es la guerra! Robert Capa trabajando, la muestra, que podrá visitarse hasta el 25 de enero del año próximo, aporta nuevas fotos que prueban la autenticidad de la muerte del miliciano, si bien todo apunta a que fue más un accidente que el trágico desenlace de una batalla.

El caso es que el día de la muerte del miliciano, Capa sacó en Cerro Muriano 40 instantáneas. 72 años después, las 40 fotos, perdidas hasta hace poco en la caótica herencia del fotógrafo y descubiertas en el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York, fundado por el hermano menor de Capa, trazan en Londres la secuencia que aclara qué sucedió antes y qué después de la singular foto de Federico Borrell García.

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